sábado, 26 de julio de 2014

Kodak y sus negocios con la Alemania Nazi

Esta fue quizás una de las empresas más allegadas el régimen de Hitler. Popularmente siempre se dijo  que la casa matriz en Rochester, New York, nunca tuvo el control de su subsidiaria en Alemania durante la guerra, ya las fabricas en Kopenick, Berlín, Hungría y posteriormente en Francia habían sido capturadas, confiscadas y regenteadas por el gobierno de Hitler,  pero no era secreto que sus otras subsidiarias europeas en España,  Suiza y Portugal si colaboraban con el régimen proactivamente y siempre bajo el conocimiento de las potencias Aliadas.

En 1942, en Francia, Kodak compro material fotográfico a Alemania por un valor de 72.000 Francos Suizos y en Hungría, un aliado Nazi, por 272.000 Francos Suizos. Ese mismo año, la subsidiaria española, adquirió 17.000 reichsmarks en químicos, materiales fotográficos y demás. Si bien estos son los únicos registros de transacciones que hay, se cree que la cifra total durante la guerra fueron hasta  seis veces más que los conocidos.

En Marzo de 1942, mas de tres meses después de que EEUU le declarase la guerra a Alemania, Willar Beaulac, diplomático de la embajada de EEUU en Madrid, le recomendó al Secretario de Estado que a Kodak Madrid debería otorgársele una licencia para importar films, químicos, bobinas y demás artículos desde las fabricas de KODAK Alemania explicando que si les denegaban la importación de estos bienes y teniendo en cuenta que la empresa no podía satisfacer la demanda en Madrid, sus competidores italianos o alemanes iban dominar el mercado y que a Kodak se le haría prácticamente imposible volver a dominarlo después de la guerra.

Un Oficial del "Trading With the Enemy Department" en Inglaterra cuestiono que si Kodak no se la dejaba importar los suministros desde Alemania, justamente serian los alemanes quienes dominarían el mercado.

En 1943, A.D Page, consejero legal de Kodak en Londres, envió una carta al gobierno Británico de Churchill, explicando que las subsidiarias de Kodak habían logrado conseguir algunas "manufacturas" de sus fabricas en Alemania, Francia (ocupada) y Hungría y que esto había sido vital para que Kodak continuara manteniendo su nombre a la cabeza del mercado y pudiendo brindarle en tiempos tan difíciles, más y mejores productos a  sus clientes de lo que hubieran podido proveer limitando sus compras solamente a sus fabricas en Inglaterra. Sin embargo, jamás se penalizo a Kodak y nunca fue acusada de "negociar con el enemigo". Más aún, la subsidiaria de Kodak en Portugal, no solo se extralimitaba a negociar con el enemigo, sino que iba un paso más adelante. A mediados de 1942, un cable interceptado por el gobierno de EE.UU, de Kodak Portugal a su casa matriz en Nueva York, indicaba que las ganancias de la compañía habían sido enviadas a la subsidiaria en La Haya, Holanda, zona que era controlada y ocupada por los Nazis. 

La Historiadora alemana Karola Fins, descubrió que en 1941, Kodak había transferido sus operaciones en Alemania a dos personas de confianza de la firma y a un abogado para que representaran los intereses de la empresa en caso de que los americanos entraran a la guerra: Carl Thalmann, supervisor en jefe de las operaciones alemanas, Hans Wiegner, miembro del directorio. y Gerhard A. Westric, un abogado alemán que actuó como intermediario entre las corporaciones de EEUU y el Tercer Reich.  Wilhelm Keppler, el consejero económico de Hitler, fue catalogado como "El hombre Kodak" por la Inteligencia Militar Americana, por la cercanía  que tenia tanto en lo personal como en los negocios con la firma.

Los ingresos al igual que los empleados crecían durante los primeros años de guerra y la compañía expandió sus manufacturas a gatillos, detonadores y otros equipos militares. A finales de 1942, Thalmann envió un cable a la casa Matriz en EEUU que rezaba, " El negocio va bien".
La filial francesa en mayo de 1942 a través de C. Julián, un empleado de Kodak Italia e hijo del gerente de Kodak Madrid, escribió a los  ejecutivos de la firma contando que la filial francesa había hecho tanto dinero que habían adquirido propiedades, una mina de carbón e incluso una casa de descanso para los miembros de la directiva.

En Alemania, según la firma de abogados Milberg Weiss, Kodak había utilizado mano de obra esclava. En la planta de Stuttgart trabajaron al menos 80 esclavos y en la planta de Berlín-Kopenick al menos 250. En reconocimiento de este hecho, un vocero de la empresa declaro que Kodak había contribuido con más de 500.000 dólares a la fundación alemana para las víctimas del trabajo esclavo, en adición también declaro que estaba totalmente confiado de que Kodak nunca había hecho negocios con algún país enemigo durante tiempos de guerra y que siempre había cooperado y cumplido las leyes, regulaciones y sanciones establecidas por el gobierno de EEUU e Inglaterra, aclarando que a la subsidiaria Suiza nunca se le había prohibido negociar con Alemania y que cuando se le fue notificada, las operaciones cesaron.

Al día de la fecha los voceros del Departamento de Estado de los EEUU, han declinado a comentar sobre los hechos.



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